Está compuesto de siete capas y tiene su reflejo en cada una de ellas. Cada una de las capas contiene todas las formas de cuerpo físico.
1ª capa: está encargada del funcionamiento del cuerpo físico y de las sensaciones físicas, ya sean placenteras o desagradables. La vitalidad del cuerpo físico, el contacto con los sentidos, la salud o la enfermedad física son funciones de este nivel.
2ª capa: está relacionada con los afectos. Se relaciona con los plexos nerviosos del sistema nervioso autónomo y de aquí con el cerebro afectivo y el cerebro cognitivo. Las heridas que tienen que ver con la vida personal, con las historias familiares y transpersonales, quedan registradas en esta capa del campo energético humano.
3ª capa: ocupa el nivel mental, es decir el pensamiento racional. El campo mental se expande más cuando la persona está pensando, razonando. Los patrones de pensamiento positivo generan un campo positivo que estimula el resto de los campos. De la misma forma, patrones de pensamiento negativo, perturban el resto de los campos.
4ª capa: Nos abre al camino para la capacidad de amar a los demás, y de vincularnos con los otros.
5ª capa: Nos permite acceder a nuestro ser esencial, a nuestra conexión divina interna.
6ª capa: Nos conecta con el amor a Dios, corresponde a nuestras emociones superiores.
7ª capa: se relaciona con el pensamiento cósmico, la unión de todas las cosas, a la unión divina de todos los seres. Es la conciencia divina. (Extracto del libro Flores que sanan del Dr. B. Ferrando)
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